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Cómo convertir tu móvil en una consola portátil como la Nintendo Switch

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Los teléfonos móviles han logrado extender el ocio electrónico a niveles nunca antes visto. Hasta hace relativamente poco tiempo era extraño que a un juego móvil se le prestara demasiada atención. Es un potente mercado que deja muchos beneficios pero era como el hermano feo de los videojuegos. Ahora no. Ahora algunas propuestas se consideran tan potentes que forman parte del sector de los deportes electrónicos. Y aún así, en ocasiones la experiencia sobre pantallas táctiles es un tanto extraña.

Para disfrutar de los juegos móviles han venido surgiendo en los últimos meses accesorios muy interesantes. En ese contexto se ha presentado el Razer Kishi, un controlador «gaming» para móviles con sistema Android. Es universal y estandarizado, con lo que funciona con todo tipo de terminales que incluyen este sistema operativo.

El dispositivo tiene una misión: convertir el «smartphone» en una consola portátil. O, al menos, disfrutar de los juegos móviles, muchos de ellos de gran calidad tanto gráfica como narrativamente hablando, de una manera más agradable y espectacular. Dispone de botones analógicos, cruceta para ciertos movimiento, unos gatillos (los clásicos L1, L2, R1 y R2 como se conocen en el mundillo «gaming» y que son ideales para juegos de conducción) y un par de «sticks» para mover la cámara y controlar los juegos de manera ágil y sencilla. Su tacto es suave y da la sensación de que, en conjunto, los botones son resistentes.

Este accesorio se adapta al entorno de cada juego. Por ejemplo, con títulos de conducción como «Real Racing 3» o «Asphalt 9» es el propio sistema detecta automáticamente la presencia del mando. Para guardarlo discretamente, un engranaje permite juntar los mandos. Es ergonómico y se adapta bastante bien a todo tipo de dispositivos móviles. Cuenta con un sistema que «se estira» para poder colocarlo. Es compatible, eso sí, con terminales con puertos USB-C. Esta clavija, que le dota de energía al mando, se capitaliza por el propio «smartphone», aunque dispone de un puerto exterior para poder cargar el móvil si es necesario.

El diseño flexible de este controlador móvil universal permite que se estire y sujete en la mayoría de los teléfonos, proporcionando una sujeción segura que nunca se soltará mientras se juega. No requiere de tener que cargarlo ni nada, pero eso no es óbice de que presente un buen rendimiento gracias a un sistema que mejora la latencia -el tiempo de respuesta-. La experiencia en otros juegos de acción como «Fortnite» o «PUBG Mobile» es magnífica. Tanto que lo cambia todo. Otro detalle interesante es que es compatible con las plataformas de «cloud gaming» -juego en la nube- Google Stadia, Project xCloud y Nvidia GeForce Now, con lo que puedes tener una gran jornada desde cualquier parte. Su precio es de 89 euros.